Titulo así porque la liberación de los seis secuestrados, de la semana anterior, son el resultado de una política sostenida, bien trazada y sin titubeos aplicada por el actual gobierno.

Los nuevos 6 liberados tienen mucho que agradecerle al señor Presidente y a su política de seguridad democrática que ha permitido desde diferentes aristas llegar al objetivo que parecía demasiado lejos para los colombianos.

Hoy podemos decir que en el país no hay secuestrados políticos gracias a esa decisión del presidente, quien ha demostrado con creces que no son las opciones que proponen las FARC las más expeditas para lograr traer de regreso del infierno a cientos de compatriotas.

Ese juego macabro en el que las FARC han querido meter a las familias de los compatriotas, aprovechándose de su dolor, ocasionado única y exclusivamente por el horror al que los tiene sometidos ha empezado a desdibujarse y a encontrar nuevas luces al final del túnel.

Hay que seguir adelante y no desfallecer en la tarea de traer de regreso a los policías y militares, así como a los que se encuentran en poder de los guerrilleros con fines de lucro para los oscuros propósitos de los alzados en armas.

Son dos años los que le quedan a este gobierno y a hora más que nunca, gobiernistas y anti gobiernistas deben procurar acabar de una vez por todas con ese abominable delito, pues está probado que muy a pesar de los errores cometidos en diferentes momentos, el objetivo de terminar con el secuestro se está dando, así como el desmonte de los paramilitares.

Mientras los hechos se produzcan en este gobierno, seguirán siendo producto de esa claridad que ha tenido el presidente para hacerle frente a un delito al que le dejaron coger ventaja y por poco pone de rodillas al país para satisfacer las ambiciones de quienes, a punta de cilindros contra inocentes, pretendieron tomar el poder haciéndose llamar ejercito del pueblo.