Un 15 de mayo, hace 25 años en el Paseo de la Castellana, contra todos los pronósticos, un humilde jardinero de Fusagasugá plantó nuestra bandera como campeón de la segunda carrera de bicicletas más importante del mundo.

El mayor augurio cuando despedían a ese gran equipo de ciclismo con destino a Europa, era que ganara una que otra etapa, y con ello todo el pueblo colombiano se sentiría en la gloria, casi habríamos conquistado Europa.

Ese jardinero, después de entrenar fuerte, conocer y adaptarse a la forma de competir en Europa, encontró las fortalezas que le permitieron llegar primero que los más grandes corredores de entonces.

Ese es un ejemplo simple pero puede servirnos para entender cómo podemos recorrer el camino abierto desde el 15 de mayo de 2012 con destino a los Estados Unidos con la entrada en vigencia del TLC, una carrera en la que, queramos o no, vamos a participar.

Creo que el país pero en especial quienes se tomaron en serio que el TLC tarde o temprano sería una realidad, seguramente van a tener más oportunidades de ganar, porque conocen sus debilidades, pero también sus fortalezas y sobre todo cómo es que compiten en el mercado internacional y cómo es que llegan a obtener ganancias en el mercado norteamericano.

Y eso lo hicieron con antelación para adaptarse, descubrir las amenazas y rediseñar las estrategias que les permitan estar vigentes aún con las dificultades que se derivan de las nuevas reglas de juego.

Obviamente cualquier cambio genera posiciones y como suele suceder en nuestro país algunos se quedarán criticando la decisión de gobierno, mientras que otros, ojalá la gran mayoría de los empresarios y comerciantes, entrarán en un proceso de remodelación que seguramente les traerá frutos en los próximos años.

Decía el presidente de la Andi, el Dr Villegas, que esta gran apertura comercial va a beneficiar a la gran mayoría de los sectores y estoy seguro que así será, y podría llegar a ser mejor si logramos actualizar nuestra infraestructura, que a pesar de haber estado advertidos aún tenemos serias deficiencias que seguramente ajustaremos con prontitud.

Debemos entender también que el TLC no sólo va a ser para que nos compren todo afuera y les compremos todo a ellos acá en Colombia, los mercados locales tradicionales se podrán fortalecer y prueba de ello es uno de nuestros más importantes empresarios, Alfredo Hoyos, de Frisby quien es un ejemplo de cultura empresarial especializado en prepararse para competir y tener éxito aún frente a las marcas más reconocidas en el mundo entero.

De lo que debemos darnos cuenta es que empezamos una nueva carrera en la que habrá ganancias pero también dificultades, una carrera de largo aliento en la que debemos empezar a encontrar nuevas ventajas competitivas, adaptarnos a las nuevas rutas del negocio y aligerar las cargas para hacer con mayor facilidad el recorrido.

No debe pues darnos miedo el nuevo reto que nos impone el TLC, por el contrario, hay que ver esa gran alianza como una oportunidad para desarrollar nuestros distintos sectores y entrar en la órbita de la competitividad y la innovación, no de otra manera podremos mejorar la calidad de vida y el crecimiento económico del país.

Al margen: Quedará también para la historia este día 15 de mayo, por la vileza y sevicia con la que actúan los terroristas que quieren silenciar la valerosa e incisiva voz del ex ministro Fernando Londoño. Desde esta tribuna un gran abrazo de solidaridad y pronta recuperación Dr Londoño, el país y la democracia necesitan de personas como Usted.