Por: Mauricio Vega Lemus

@MauricioVegaL

Publicado en el periódico El Diario del Otún el lunes 18 de abril

Por estos días tenemos una institución insignia de la ciudad que está de aniversario. La Liga contra el Cáncer seccional Risaralda ha estado con nosotros por 40 años en los que además de ofrecer servicios de alta calidad, tiene una premisa: celebrar la vida. 

Todos los que hacen parte de la liga profesan un sentido de solidaridad y admiración con quienes padecen directa o indirectamente los efectos del cáncer en cualquiera de sus manifestaciones. Son una familia. Y no me refiero sólo a la junta directiva o a quienes laboran todos los días allí. Me refiero a quienes tienen que ver con esta institución, empezando por los pacientes y el voluntariado. Han sido 40 años de entrega con pasión que se evidencian día a día.

No sólo somos los risaraldenses, son ciudadanos, pacientes, familiares y voluntarios de ciudades aledañas, que también se benefician con los servicios que ofrece la Liga contra el Cáncer. Ha sido un proceso de modernización paulatina y hoy ya son 25 camas de hospitalización, unidad de cuidados intensivos, equipos con tecnología de avanzada y con programas de atención pero también de prevención, con los que hoy cuenta esta querida entidad gracias a la ardua gestión de sus directivos.Las metas son cada vez más altas. 

Nuestra Liga contra el Cáncer ya está trabajando con miras a la construcción de su clínica de alta complejidad y aportarle a la ciudad y la región en la oferta de servicios complemetarios dentro del cluster de la salud. Ese es el trabajo cívico al que estamos llamados a aportar, para que éste emblema de trabajo desinteresado que tenemos en nuestra ciudad, continúe.A María Teresa Romero su gerente, a toda su junta directiva, a cada uno de los empleados, al cuerpo de voluntarios, a médicos, pacientes y beneficiarios, felicitaciones por construir este símbolo y gracias infinitas por celebrar cada día la vida.