Por: Eric Duport Jaramillo
Desde hace unos 15 días comenzamos a trabajar en un proyecto que nos avaló la
Unión Europea y que sin duda nos permitirá abrirle nuevos mercados a nuestro
producto estrella: el café.
Sobre esto quiero hacer algunas reflexiones, pues si bien entramos en un
escenario al que sólo a mediados de la primera década de este siglo le
empezamos a poner atención, hay muchos otros factores que le están quitando
posibilidades al producto que ha mantenido por años la economía nacional y
regional.
Hace menos de 10 años Pereira era el municipio de Colombia con mayor producción
y cultivos de café. Para entonces la frontera cafetera sobrepasaba las 12
mil hectáreas y hoy los cultivos del grano solo ocupan un poco más de 6
mil hectáreas.
Eso en términos porcentuales quiere decir que le hemos suprimido al paisaje
cultural cafetero, en nuestro municipio, un 50% de su área que fue reemplazado
por otros usos de la tierra, en especial ganadería y por la ?siembra? de ladrillo
como lo afirman con tristeza algunos de los caficultores que se resisten a
dejar acabar una cultura, una tradición, una forma de vida llena de
posibilidades.
Sin embargo, de la misma forma que lo han hecho en otros rincones de Colombia,
los productores que se la han jugado por los cafés especiales, encontraron un
oportunidad enorme al iniciar un proceso que pretende darle valor agregado a su
producto verde. Se trata de certificar sus cultivos con normas técnicas
internacionales que reconocen los buenos procedimientos en el cultivo y en el
beneficio, para luego tostar su producto, crear una marca y un empaque
insignia, y poner el café en el mercado internacional.
Sin ir muy lejos, en el Quindío, la Haciendo San Pablo con su café San Pablo y
la empresa Café Quindío, han logrado poner su producto tostado en Mercados
internacionales como el Europeo y el Ruso, logrando abrir nuevas vitrinas y
posibilidades a productores de especiales. Y nuestra marca local, Café
Mariscal, que durante años nos ha permitido sacar pecho de una empresa que es
insignia de nuestra región.
En el proyecto cofinanciado por la Unión Europea, la Alcadía de Pereira y las
asociaciones de cafés especiales de Pereira y apoyado por la Federación de
Cafeteros, el Comité Departamental y la Cámara de Comercio de Pereira, son 424
familias las que se beneficiarán y seguramente seremos nosotros, los
consumidores, que tendremos el placer de tomar un café 100% pereirano de alta
calidad.
Quiero felicitar a los productores pereiranos por el entusiasmo que le han
puesto a este proyecto y agradecer a las instituciones que han creído y han
apoyado esta iniciativa que podría replicarse con otros productos y en otros
rincones de nuestro país.