Por Eric Duport Jaramillo

 (Pereira, 20 de enero 2010) Si bien nuestro sistema electoral ha definido que para acceder al Senado de la República los candidatos deben hacerlo por circunscripción nacional, es decir, deben recoger votos en todo el país, la invitación es para que apoyemos a quienes son de nuestra ciudad y de nuestro departamento.

Risaralda es un departamento pequeño, con un potencial votante escaso si se compara con los grandes y si a ello se le suma la ya natural abstención, cualquier voto que se vaya de Risaralda serán menos opciones para tener una buena representatividad en el legislativo a partir del 20 de julio.

Creo que tenemos en contienda candidatos que representan la mayoría de los partidos políticos de país, que bien podrían hacer una gestión importante para el departamento desde la cámara alta.

En ese orden de ideas creo que debemos amarrar esa votación para que se quede con los candidatos de Risaralda, no porque sean de acá sino porque al tenerlos cerca tendremos la oportunidad de pedirles cuentas mucho más fácil que a un senador de Antioquia, de la costa, o incluso de los departamentos vecinos.

Que los votos se queden en casa seguramente será un compromiso mayor para los elegidos, quienes desde ya deberán comprometerse con los risaraldenses a trabajar unidos como lo hacen los costeños, los antioqueños, incluso, los vecinos de Caldas.

Esa ha sido una de las más grandes deficiencias de nuestros senadores, el querer trabajar cada uno por su lado.  Eso ha significado que desde el ejecutivo y desde los ministerios, se les dé contentillos particulares, que sumados, no alcanzan para nada.

El llamado es para que los candidatos risaraldenses al Senado se comprometan con las grandes necesidades de nuestro departamento y demuestren con hechos que elegimos bien.  De lo contrario, más pronto que tarde, esos voticos los veremos pasar hacia otros lugares y cuando vamos a pedirles cuentas a los que se llevaron los votos, seguramente aparecerán cuando vuelva a haber elecciones.

Al final: El llanto de Felipe Arias de RCN, ante la cámara era suficiente para mostrar la gran tragedia de los haitianos, el resto de imágenes utilizadas en el promo del noticiero son puro amarillismo.