BONITO ASÍ
Por Eric Duport Jaramillo
La verdad es que las diferencias de opinión que puedan existir entre los colombianos, por más antagónicas que sean, han podido expresarse, manifestarse o controvertirse sin ninguna restricción.
A diferencia de los vecinos donde hablar mal del presidente es casi un delito y donde los medios de comunicación no pueden ejercer el sagrado derecho de la crítica, so pena de tener que entregar su licencia, en nuestro país se garantiza la libertad de prensa y los distintos derechos de ciudadanos, incluso, hasta para agredir, irrespetar y hacer apología del delito.
Es increíble como mientras nuestro país es vilipendiado desde las distintas fronteras del vecindario, opositores de oficio del gobierno, políticos inescrupulosos y todo tipo de contradictores se acercan a los enemigos internacionales de la patria haciéndose los héroes, cuando no son más que oportunistas pantalleros con ansias de figurar.
Me da tristeza que prefieren el silencio cómplice ante las afrentas, que defender la democracia y las instituciones del permanente asedio de quien patrocina a quienes nos matan.
Y lo digo no sólo por los absurdos hechos de intervencionismo del vecino, sobre los cuales la oposición se ha tapado los oídos y la boca, sino porque el otro enemigo tradicional de la patria, la cocaína, haya hecho parte de un evento cultural en la principal universidad del país, sin que esos que odian el gobierno y la democracia nacional no hayan salido a protestar y a rechazar un episodio tan cruel.
Señores, es con eso que se soplaron una partida de sinvergüenzas, con ínfulas de intelectuales con lo que matan a los campesinos, a los soldados, a los policías, a la gente trabajadora y buena de la patria.
Ese acto no es de irreverencia, ni mucho menos una puesta en escena de un amargo episodio de nuestra cruda realidad, es la manera más cruel y ofensiva de decirle a las viudas, a los huérfanos, los secuestrados, los mutilados y los desaparecidos que no importan nada.
Y para estos actos que ofenden la patria y sus víctimas, esos que gritan por todo fuera gringos de Colombia y no nos da la gana ser una colonia norteamericana, no tienen estribillos, ni marchas, ni comunicados, sólo la defensa de absurdos cómplices de la degradación social de la juventud enmarcada en el libre desarrollo de la personalidad.
Bonito así.