Por: Mauricio Vega Lemus

@MauricioVegaL

Publicado en el periódico El Diario del Otún el lunes 11 de abril

Por estos días he insistido en un llamado al agradecimiento. Primero, a un hombre que dejó huella de transparencia como fue Fernando Agudelo Velasco. Después, a todos quienes han participado de alguna forma en la construcción del legado comercial de Risaralda, en el marco de la celebración de los 90 años de la Cámara de Comercio de Pereira. 

Hoy, a otro hombre que encarna el civismo y trabajo desinteresado por Risaralda, como Jaime Cortés Díaz, quien hace pocos días anunció su retiro de la presidencia de la Universidad Libre seccional Pereira, después de diez años de liderar las actividades del alma mater.

Su actividad profesional la ha combinado con el servicio desinteresado tanto desde el sector público como desde la academia, que siempre contarán con el aporte y conocimiento de una persona de las más altas calidades y que siempre ha transmitido, especialmente a las nuevas generaciones, ese legado de reconciliación que tanto clama nuestro país.

Jaime Cortés Díaz fue durante los últimos diez años el encargado de iluminar las mentes de los educandos desde la presidencia de la Universidad Libre, formando ciudadanos de bien y en sintonía con la responsabilidad social que hoy exigen las condiciones de Colombia, aportando al debate y a la construcción de ideas.

Su gestión llevó a que Pereira fuera el epicentro de la atención en Colombia varias décadas atrás cuando dirigió los X Juegos Deportivos Nacionales en 1974, año que quedó en la historia de nuestra ciudad como uno de los tantos resultados del trabajo y gestión de nuestros líderes alrededor del civismo. 

También desde las diferentes juntas directivas que integró, en las que con su amplio conocimiento y creatividad, aportó para tomar decisiones de ciudad.Jaime Cortés Díaz cruzó el umbral del servicio, pero lo seguiremos necesitando para que participe en los proyectos de trascendencia, llamado al que no puede ser esquivo y que sabemos, responderá como siempre, con el entusiasmo del líder que es.