CAFETEROS
Columna de opinión de Mauricio Vega Lemus Publicada en El Diario el lunes 18 de junio de 2018 Recién acabó la denominada cosecha de mitaca, la primera del año que se constituye en un indicativo importante sobre la situación del sector. De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, en lo corrido del año, la cosecha cafetera superó los 5,4 millones de sacos, 2% más frente a los más de 5,3 millones registrados durante los cinco primeros meses de 2017. En mayo las exportaciones de café de Colombia superaron los 961 mil sacos de 60 kilos, un 15% más en comparación con los casi 834 mil sacos exportados en mayo de 2017. Lo anterior expone un panorama alentador si nos remitimos solo a las cifras. Pero, ¿cuál es la percepción de los propios cafeteros? Hoy nuestros caficultores tienen que afrontar varios desafíos: el relevo generacional, la escasa mano de obra y la baja rentabilidad del negocio. Por años hemos planteado la urgente necesidad de implementar estrategias que garanticen el relevo generacional, y aunque se han adelantado iniciativas interesantes, aún no se ven los efectos deseados. Hoy la gran mayoría de las fincas cafeteras son administradas por personas ajenas a sus dueños; los hijos migran a las capitales en busca de las que llaman mejores opciones tanto de trabajo como de educación superior, porque no encuentran en el cultivo una opción de vida que los impulse a regresar. A los costos del negocio se suma el otro desafío que tiene que ver con la mano de obra: ya no ocurre lo de años atrás cuando la cosecha movía todo un engranaje de recolectores y estos a su vez movían la economía de los pueblos. Ahora hay problemas graves de consumo de sustancias psicoactivas por las que los mismos trabajadores cambian su producido, con ello, aumenta la inestabilidad de la cultura cafetera. Entonces tenemos baja rentabilidad del cultivo y alta rotación de personal. Ahora bien, los mismos cafeteros, si quieren acceder a recursos para ayudarse en materia económica para sacar adelante su negocio, tampoco la tienen fácil. Hoy con el bajo precio de la arroba versus lo que cuesta, al productor le quedan menos de 20.000 pesos, lo que tienen es un desbalance muy complejo de superar. Recientemente 300 cafeteros risaraldenses, pertenecientes a pequeñas asociaciones de productores de varios municipios de Risaralda, fueron exaltados por Innpulsa, porque asumieron el reto de generar competitividad en el sector y eso solo se logra con innovación y pasión por trabajar el grano. Ellos están produciendo café que es calificado por calidad en taza, lo que permite un mejor precio en el mercado y con ello, la generación de mejores condiciones para las familias que viven de este cultivo. Un esfuerzo entre la Cooperativa de Caficultores de Risaralda, el Comité Departamental de Cafeteros, la Gobernación de Risaralda, Innpulsa, el ministerio de Comercio, Industria y Turismo y la Cámara de Comercio de Pereira. Un ejemplo digno de replicar en otras latitudes. ¡Por nuestro café! |
Fecha: 19 de Junio de 2018 |