¡MOCOA SOMOS TODOS!
Por: Mauricio Vega Lemus @MauricioVegaL Publicado en el periódico El Diario el lunes 17 de abril
El amanecer del primero de abril de 2017 quedó en la memoria de los colombianos porque una avalancha se ensañó con todo un pueblo, pero no fue solo Mocoa la que sufrió. Esta fue una tragedia que superó fronteras y todos hoy tenemos que ver con ella, porque la solidaridad no se ha hecho esperar para poder apoyar de alguna forma a los cientos que sobrevivieron. No importaba el sitio donde nos encontráramos, porque a todos de alguna forma nos tocó ese desastre. Algunos, porque tenían un conocido en el área de la tragedia y empezaron a mover sus contactos para procurar ayudas para enviarlas o llevarlas hasta la zona. Otros, porque ante el llamado de la Cruz Roja decidimos aportar de acuerdo con las instrucciones de los organismos de socorro. Ya se cumplieron dos semanas después de la nefasta noche y poco a poco se informa de un proceso de recuperación respaldado por la estrategia de atención y reconstrucción promovido desde el mismo Gobierno Nacional y aún se evidencia ese movimiento solidario de los colombianos. El mismo Presidente hizo un llamado a parar el aporte de ayudas diferentes a la donación de dinero. Esa solidaridad batió record. En el Eje Cafetero sabemos lo que es ese respaldo. Después del terremoto supimos lo que era recibir ayudas en especie, la visita de dignatarios para hacer aportes y solidarizarse con los damnificados. Y esa experiencia no sólo nos hizo más fuertes sino más sensibles, por eso también en Risaralda somos Mocoa. Hemos aprendido y especialmente los organismos de socorro han identificado un protocolo de acción y atención después del desastre, para hacer más efectivos los esfuerzos. Pero la sociedad civil también aprendió que en medio del caos de un desastre natural, es mejor liderar la organización de la ciudadanía para mejorar el proceso de entrega de ayudas y de la reconstrucción. Si bien hay un Gerente encargado de la reconstrucción de Mocoa, con toda la experiencia producto de las buenas prácticas del FOREC, función que asumió el pereirano Luis Carlos Villegas Echeverri y un protocolo definido para ese proceso, es necesario que los damnificados, que los sobrevivientes tomen parte activa en él, se organicen y generen acciones de seguimiento y de control porque ellos también garantizan la transparencia y efectividad de esa recuperación de infraestructura, del sistema económico y de la asistencia social y emocional que requieren. Y aunque en nuestra ciudad y departamento hemos sido también afectados por otros desastres naturales, aunque con el terremoto aprendimos a organizarnos para ayudar en la reconstrucción, aunque las lesiones han sido dolorosas, no hemos sido capaces de aplicar las enseñanzas para autoprotegernos y hay zonas identificadas de alto riesgo en donde hay comunidades amenazadas, como pasa en inmediaciones del cerro Monserrate en Santa Rosa de Cabal. Hay quienes insisten en levantar viviendas en zonas donde no se puede construir y hay también oportunistas que venden esos espacios a incautos, que por atender su urgencia de techo, llegan a habitar zonas que se convierten en amenazas latentes. Cada vez se presentan nuevas oportunidades para ratificar que los colombianos somos solidarios, pero ojalá que no sean los desastres naturales los que generen esos espacios que tenemos para movilizarnos como sociedad.
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Fecha: 25 de Abril de 2017 |