Por: Mauricio Vega Lemus

Publicado en el periódico El Diario del Otún el lunes 20 de junio 

@MauricioVegaL

Recientemente se ha destacado el movimiento de remesas en lo que va corrido del año y el impacto en la participación económica de Risaralda, por encima de departamentos como Antioquia, Valle y el mismo Cundinamarca. Pero es necesario analizar los pro y los contra de este comportamiento y si estamos asumiendo las acciones pertinentes. 

Las remesas en el primer trimestre de 2016 registraron un valor de 106.2 millones de dólares que significaron un crecimiento de 19,5% frente a igual trimestre del año 2015. La mayor dinámica de las remesas se explica por el crecimiento económico de aquellos países donde residen los risaraldenses, como España y Estados Unidos, que han sido destinos tradicionales y en el último tiempo destinos como Chile, Argentina, Panamá y otros países de Centroamérica que están atrayendo la atención y que jalonan el mayor ingreso. 

Además del crecimiento de los ingresos por remesas en dólares, es importante resaltar que la tasa de cambio juega un papel importante en el sentido que los hogares que las perciben, tienen mayor capacidad de compra. 

La valoración de las remesas en pesos indica que entraron a la economía risaraldense 340 mil millones de pesos en el primer trimestre de 2016. Es decir, 118 mil millones de pesos mas que en el mismo período del año 2015. 

Las remesas constituyen en la actualidad para Risaralda la mayor participación de cualquier variable económica dentro del contexto nacional. 

Desde el punto de vista positivo, el aumento de las remesas puede simplificarse en tres variables: 

1. Aumento en el consumo de bienes y servicios en sectores o actividades como comercio, restaurante y hoteles, transporte, comunicaciones y servicios sociales y personales, entre otros. 

2. Las finanzas públicas también se ven favorecidas ante un mayor flujo de efectivo destinado al consumo, porque recaudan vía impositiva más ingresos. 

3. Disminución del desempleo, en la medida que aumenta el flujo de remesas se presenta una coincidencia importante en el sentido que disminuye la tasa de desempleo; esto significa que parte de la población que recibe ingreso por remesas no presiona el mercado laboral. 

Pero también existen amenazas y limitaciones frente al comportamiento de las remesas. Algunos de ellos: 

El mayor nivel de remesas puede constituir un incentivo para que se presente una nueva oleada de migrantes hacia otros territorios. 

Es importante consignar que una parte de nuestros ciudadanos con altos niveles de calificación y cualificación, en otrora salieron del departamento en busca de oportunidades, lo que explica en parte ese valor de remesas, pero no menos cierto es que perdimos parte de ese capital humano. 

No puede perderse de vista el efecto generado por la contracción en las remesas, de un lado el retorno de conciudadanos en condiciones de vulnerabilidad y por otro, mayor presión al mercado laboral de las familias que tenían menor nivel de ingreso. 

Hoy no contamos con instrumentos idóneos para garantizar que parte de los ingresos por remesas se conviertan en recursos de formación de capital como vivienda, emprendimientos y educación, entre otros, que garantice sostenibilidad económica en el tiempo. 

Tampoco hay herramientas para actuar de manera rápida y eficiente cuando esas remesas se contraen, de ahí que sea de gran importancia buscar que se genere cultura financiera para que los receptores de esos recursos no se queden truncados cuando cambien las condiciones.