El pasado miércoles 13 marzo, en medio del Foro de Gerentes que presidió el señor Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, supimos que había humo blanco, inmediatamente le transmití al Presidente la noticia, hizo una pausa y dijo: "Habemus Papa, no sabemos cuál pero ya hay Papa?.

Unos minutos más adelante supimos por los medios de comunicación quién era el nuevo pastor de los católicos, para muchos una sorpresa, para otros una elección normal, en fin las especulaciones no se hicieron esperar.

Ocho días después, el mundo se ha encontrado con un Papa abierto, sonriente, amigable, pero sobre todo cercano, al punto que ha roto todos los protocolos para compartir con la gente.

Su imagen, su desprevención, su tranquilidad empezaron a encantar a la gente, a quienes lo veían en la Plaza de San Pedro en los actos posteriores a su elección y a quienes lo veíamos a través de la televisión.

El mundo entero empezó a ver en Francisco, a un líder espiritual que mueve y atrae, tanto, que los más mínimos detalles empezaron a generar entre la opinión pública una nueva mirada sobre la imagen del Papa y la iglesia Católica.

El Papa latinoamericano, el Papa Argentino, el Papa hincha de San Lorenzo de Almagro, el Papa que se puso los zapatos negros, el Papa que regresó a pagar la cuenta del hotel, el Papa que tiene diferencias con Kirchner, el Papa jesuita, el Papa que montaba en el subte, el Papa que toma mate, entre muchas otras observaciones, han demostrado además de su liderazgo, la humanidad del sucesor de Pedro.

Creo que el líder del catolicismo será clave en la búsqueda de soluciones a muchos de los temas sociales que aquejan el continente americano, pues los conoce desde la izquierda y la derecha.

Por ello la llegada del Papa latinoamericano, la vemos como una oportunidad para que nuestro proceso de paz tome un rumbo más claro y el fin de la guerra que hemos vivido los colombianos por tantos años, esté mucho más cerca.

A mi me ha causado la mejor impresión el Santo Padre, y confío en que esa cercanía con la gente será un ejemplo para cada uno de nosotros en la construcción de una sociedad cada vez mejor.